El proceso de tasación, comienza confeccionando un mapa preliminar de ambientes productivos, el cual surge como resultado del análisis y superposición de diferentes imágenes satelitales, cartas topográficas, modelos digitales de elevación y toda la información cartográfica relevante que se pueda obtener del campo a tasar
Una vez realizada esta etapa, con dicho mapa de ambientes preliminar, se realiza una visita al campo y se recorre todo el establecimiento chequeando, corrigiendo o ajustando las diferencias que se pudieran observar entre el mapa y el terreno. Se aprovecha la revisación, para hacer un detallado relevamiento de todas las mejoras existentes en el campo, evaluando su calidad y estado de conservación.
Para poder dividir un campo, se debe tener definida la tasación del mismo, por lo tanto es necesario haber concretado la etapa recién descripta. Es necesario partir de la base de pautas fijadas por los mandantes, determinando en cuantas partes se deberá dividir, si deberán ser fracciones equivalentes o no, etc. Una vez definidas estas, se intentará lograr una o dos alternativas que reflejen el objetivo, de la manera más armónica posible.